Reforma fiscal, como un enema a panza vacía…
POR
JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
Así
se podría visualizar el marcado y expresado ya propósito gubernamental de
aplicar el famoso y desgastado pacto
fiscal. La francachela con que se
desenvolvió todo el proceso electoral
dominicano, con la que se ajustaron los numeritos predichos meses
atrás, con precisión matemática, obliga a la recuperación económica del
gobierno, al cual, la enorme indolencia con la parte más vulnerable y
necesitada del pueblo, lo lleva a “coger
piedras para los más chiquitos”, permanentemente, tomando como camino más corto, la reforma
de impuestos que irremisiblemente
terminaran impactando al pueblo, en vez de recortar exenciones , privilegios
con los subsidios a los que tienen más, y hasta donativos de combustibles , más
los grandes sueldo, en ocasiones múltiples, de privilegiados políticos; en resumen, no se
contempla lo más lógico, justo y expedito camino a la calidad del gasto
público.
No
es un secreto para nadie, que cada reforma fiscal en toda la historia nuestra,
ha sido transferida a la población, mediante el consumo obligado, incluido el
famoso ITBIS, impuesto a las
transferencias de bienes industrializados y servicios, se alega en este caso,
la rebaja de su monto, pero la ampliación de su base impositiva, es decir,
bajar un poco el monto para incluir más productos de consumo popular y
servicios, conclusión; pagando menos y pagar en más, termina siendo mayor el
tributo nuevo, que el viejo establecido, si no fuese así, ¿Cuál sería el
interés?; ¿bajar el impuesto?, y lo que se busca es recaudación????.
El
dispendio general vivido en los últimos años, la celebración de elecciones en
las que el gasto y compra evidentemente innecesaria, conjugada con el mercado
del voto desde las oficinas gubernamentales hasta el mercadeo de voluntades
incluido el día D de las elecciones
15-5-2016 marcan un evidente déficit fiscal, que no es el primero, pero si
pudiera ser el mayor, va camino a ser cargado al mismo pueblo que de una u otra
manera admitió o aplaudió sus causas. Las consecuencias en la población, la
cual resiste con estoicismo sus embates, a pesar de que una parte de él,
claudica ante su inclemencia sumándose al sálvese quien pueda de la
delincuencia común, con claro indicador de que en la medida de que se aumenta
el costo de la vida, aumenta este
factor.
Ante
un estado de cosas del estado nuestro, que no puede ser peor, que lo sucedido y
expuesto por el jefe de la policía, lo cual constituye un pequeño ejemplo de lo
general, nos llevan a contestar a la
maquinaria gubernamental empleada a fondo para vender a la opinión pública
dominicana la bonanza de una reforma fiscal, que lejos de gravar mas al
dominicano, le bajara la presión, según ella, con una expresión del pueblo
Venezolano que dice, “Yo no me calo esa lavativa”.
Reforma fiscal, como un enema a panza vacía…
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15:45:00
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