Una nueva estructura en Salud Pública
Ignacio
Nova
El Sistema Dominicano de Salud (SDS) se ha
caracterizado, según especialistas, opinóbulos y autoridades del
sector, por una marcada y acumulada debilidad y laxitud del rol de rectoría de
su ente responsabilizado: el Ministerio de Salud Pública.
También, por la desvinculación que, respecto
a los fines de la mejora cualitativa de la atención y provisión de los
servicios de salud y de los beneficios sociales del sector, se registra entre
sus unidades integrantes y la población.
En palabras llanas: mientras, por ejemplo, la
ARS Seguro Nacional de Salud (SeNaSa) aspira a una población partícipe del Sistema
Dominicano de la Seguridad Social (SDSS) sobre la base de vislumbrarlo como
derecho consagrado, la población beneficiaria de las afiliaciones subsidiadas
no ejercita ese derecho demandando mejoras en la atención y prestación de los
servicios de salud.
Es la convicción de quienes hoy lideran el
sector, desde el ala institucional pública, el estudio de sus características y
de quienes lo observan e imaginan bajo la lupa aportada por la profesión, la
experiencia, el conocimiento de otros modelos regionales y europeos y el
resultado de asesorías y observaciones de expertos.
De una realidad así se deriva la necesidad de
profundizar cambios que propicien el avance y mejoras cualitativas en lo que
hoy la gente recibe como servicios y atenciones médicas y de salud; en llevar
la atención médico-hospitalaria y la provisión de servicios e insumos a niveles
de dignidad compatibles con el modo de pensar y sentir de gente de viejo
comprometida con ideales sociales de servicio y bienestar para los segmentos
más necesitados de la población.
Se trata del sentir de gente que asume sin
dobleces y con evidente entusiasmo la tarea de hacer realidad ese deber ser de
instituciones y servicios que a favor de la ciudadanía consagran la
Constitución, las leyes y las normas.
Que, además, la proclaman como norma rectora
y marco general y vigente de unas acciones que quieren ser espejo de las
convicciones; declaración de la voluntad política de avanzar hacia la meta de
legar al país un mucho mejor sistema de salud y protección sanitaria del que se
posee. Incluyendo en esa perspectivas, a todas las entidades oficiales del
sector.
Todo es perfectible. Es otra de las
convicciones que impulsan al Ministerio de Salud Pública, incluso cuando a
todas luces se pone a prueba a sí mismo en las respuestas dadas y los
resultados obtenidos de sus acciones ante el embate del dengue.
Eso lo motiva a socializar su perspectiva con
personalidades y profesionales del área, incluyendo comunicadores, estudiosos y
especialistas en gerencia y economía de la salud, que a diario manifiestan la
continuidad y supervivencia de ese sentir y objetivos ante cuyos retos y
riesgos no se arredran ni amedrentan.
Trabajan en una nueva estructura para el
Ministerio. Con metas claras: la descentralización de los servicios y tareas;
la regionalización de la provisión de servicios, atención y financiamiento; la
puesta en vigencia de las Unidades de Atención Primaria; a la revisión del
Catálogo de Prestaciones de Servicios de Salud (PDS) y, especialmente, en no dar
tregua al dengue mediante la multiplicación de los entrenamientos para su buen
manejo y diagnóstico.
En tanto se afina y define la nueva
estructura, Salud Pública descendió a 241 barrios y comunidades del Distrito
Nacional y 15 provincias. En ellos movilizó más de 32 mil 597 voluntarios
procedentes de 1,038 instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil en
diferentes acometidas de su jornada preventiva y de erradicación del vector del
dengue, el mosquito Aedes Aegypti, según un comunicado suyo.
Sometidas al control y rectoría, las jornadas
arrojan resultados: la visita de 463 mil 914 hogares en las provincias de mayor
incidencia de 7.dengue donde se eliminaron 203 mil
542 criaderos de mosquitos, se entregaron 441 mil 642 instructivos a las
personas, se eliminó 62 mil 280 cacharros, se roció y fumigó 24 mil 828
viviendas vulnerables, se aplicó larvicidas a 223 mil 064 recipientes y se
entregaron 358 mil 906 a los jefes de familia.
Evidencia clara de que una cultura de eficiencia se desarrolla como base
del ideal reorganizador en proceso: orientada a los fines de optimizar recursos
y ampliar la calidad de los servicios, suministros e insumos, de la gerencia y
la atención en salud.
La socialización de las transformaciones en curso en el Ministerio de
Salud Pública tiene una meta: romper esa desvinculación entre comunidad
beneficiaria de la provisión de servicios y atenciones de salud y las entidades
del sector.
Un verdadero reto tomando en cuenta que el Ministerio no posee medios de
comunicación.
En el plano práctico, Salud Pública y sus diversas áreas articulan y
asumen la etapa operativa, cuya tarea más importante, a punto de concluir,
tiene plazo cierto: enero del 2016.
Entonces la estructura organizativa y funcional en desarrollo,
especialmente el Servicio Nacional de Salud (SNS), habrá sepultado a la antigua
Dirección General de Coordinación de los Servicios de Salud (DGCSS), obteniendo
su financiamiento desde el presupuesto de Salud Pública y un entorno operativo
delimitado por un acuerdo-marco de trabajo con el Ministerio que, por una
parte, validará su perfil regulatoria a la vez que abandona las áreas
operativas del sector para dedicarse, entre otros aspectos, a definir los
indicadores que han de regir el desempeño del SNS y, desde este, orientar el
comportamiento esperado, los límites y extensión de las funciones de la
direcciones regionales de salud hasta desembocar en los hospitales y en el
desempeño de cada médico y empleado.
Es lo que viene y fragua en
Salud Pública. Ocurre por mandato de la Ley 123-15 y otros dispositivos. Y,
junto con ellos, por la voluntad política de las autoridades actuales de ese
Ministerio.
Fuente: Listín Diario.
Una nueva estructura en Salud Pública
Reviewed by Omayara Mañan
on
10:19:00
Rating:
No hay comentarios