La anhelada Barahona de aquellos tiempos
Por Dannerys Arias Ramirez.
Cuando leemos los principales libros que hablan de la historia de Barahona, específicamente mis favoritos: “Barahona y su gente” de Águeda Celeste Ramírez; “Efemerides Barahoneras” de Dr.Wilson Gómez Ramirez; “La evolución Histórica de Barahona” de José A. Robert; “Eran Otros los tiempos y otros los hombres” de Gustavo Adolfo Tavares o el libro fotográfico homenaje a Barahona” realizado por el Banco Fiduciario y fotografías de Pedro Afortunado Vargas Castro y los escritos de Virgilio Gautreaux Piñeiro; estas letras e imágenes maravillosas, me remonta a esa Barahona a los años cuarenta y a mediados del pasado siglo, llegando hasta los años 70s; donde se puede notar el desarrollo a nivel estructural, social y cultural de mi Barahona querida; al punto tal, que cada vez que nos sumergimos en esas escrituras y fotos históricas, nos da el deseo de vivir en tan añorada época y ser un ente o consejero de los políticos, autoridades y comerciantes a través del tiempo para que Barahona no termine en la situación actual.
Cuando llego el siglo veintiuno, abrazo a una Barahona totalmente diferente
a nivel cultural y social de aquellas épocas antes mencionadas. Mi querida
Barahona lamentablemente cayo en declive a mediados de los años noventa y todavía
estamos sedientos de muchas cosas que existian a nivel social y cultural.
Estructuras como el otrora Centro "Sirio-Libanes” locación de grandes encuentros sociales ; los
cines Bahoruco, SL Cinema y Elcilia son cosas del pasado, inclusive cuando les
cuento a esta generación que Barahona contaba con un teatro llamado “ La Unión” donde se exhibían
grandes películas, obras teatrales y presentaciones artísticas y también, ver
esos viejos carteles de muchos artistas de alto renombre cuando visitaban
Barahona, realizando sus presentaciones en los innumerables espacios sociales
como los mencionados teatros y el llamado Obispado de Barahona, sede de lo que
en un tiempo fue El Partido Dominicano o el partido del dictador Leónidas
Trujillo.
Y no tan solo eso; sino que el
cine “Bahoruco” ícono del glorioso pasado barahonero. Que su propietario Don
Ángel Augusto Suero, lo ubico en el populoso sector de Villa Estela, con miras
a fortalecer la cultura Barrial y lo construyo en la segunda mitad de la década
de los cuarenta, y lo construyo en la periferia de la ciudad, una estructura de
un salón de cine con el firme propósito de elevar el nivel cultural de los
moradores de esa barriada, la más empobrecida de la localidad. Creo que
ese tipo de personas están en extinción.
La Existencia de los colegios Divina Pastora, el FAME y el desaparecido
Barney N. Morgan; que su misión no solo era impartir docencia; estos centros
educativos servían como propulsores de la cultura, el deporte y la
confraternidad social (cosa que ha desparecido en los centros educativos
actuales).
Y si les cuento que aparte de los antes mencionados; existía hasta un aeropuerto
funcionando con vuelos diarios a distintos lugares como el desaparecido “Alas
del Caribe”; son cosas para no creer y también la existencia de algunas
bibliotecas y museos que ya no existen. Es para ponernos a reflexionar como verdaderos y auténticos
Barahoneros ¿Qué paso con ese progreso social y cultural? ¿En qué momento de la
historio nos alejamos del objetivo de crecer como municipio a nivel social y
cultural? ¿Quiénes son los culpables de la Barahona actual?
Y me sumerjo
en esos bellos recuerdos, historias y anécdotas de ese pasado histórico; pero
de repente vuelvo a la realidad, a pleno año 2021; Barahona sin cines, sin
museos, sin aeropuerto y lo más escalofriante en una frialdad cultural y social, increible………….
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